jueves, 16 de diciembre de 2010

24:

Cuando me lo encontré al pichi en el recital de Biafra lo primero que le dije fue: qué es eso que vas a dejar de tocar?. Se me hacía increíble pero al mismo tiempo me parecía lo más lógico del mundo, para mi propia pregunta ya tengo una respuesta, penosa, triste, irreparable, pero respuesta al fin.  Había llegado a Biafra de una manera graciosa: gratis. Veía con mucha nostalgia a una criatura del hardcore abrazando su vinilo con celo. Acomodaba sus anteojos cada tanto, estaba sola, recordé una frase trash del grindhouse moderno "no hay nadamás hermoso que el ego de un ángel magullado".  Lo hablamos después me dijo Asma, pero quedo rebotando en mi meoria la frase cruel "no me escucha nadie". No sabía si valia la pena decirle que creo que es el mejor guitarrista del rock, melodista en rigor, que se sento en mi casa para explicarme hace ya ¿cuatro años? ¿tres años? porque una federalización del rock es necesaria y porque las canciones de Belle & Sebastian son fáciles usando un transporte y listo. Me acuerdo de él tocando solo en el patio de mi casa y mis amigas comprandole el disco, las pocas copias que quedaban de "El compañero Asma Respira". Solo tres años, algo más de mil días y todas sus noches bastan para que me inunde una melancoía rota y estúpida que ya no miro como expectadora, soy parte o lo que es peor intento ser parte, pero el motor no me anda, mi modelo esta fallado. Abajo una masa de gente se desvive tras lo gritos de California Uber Alles.

El sábado dos 53 me dejaron a pie en la puerta de mi casa. El primero vacío siguió de largo, el segundo muy lleno hizo lo mismo. El tercero finalmente se detuvo. Ahora mientras escribo, en realidad mientras recuerdo, una familia forma su album familiar a mis espaldas. En un bar le hacen una sesión casera de fotos a un bebe, que sin su consentimiento quedara inmortalizado en facebook, rodeado de gente que le pide en el lenguaje de la idiotez máxima que por favor mire a la cámara. El padre comenta, mi hijo ya tiene personalidad y la madre comenta, tiene un carácter muy marcado. Para semejantes cualidades me atrevo a pensar porque la abuela entonces le habla en ese medio lenguaje que forma a la perfección cerebros poco sensibles a cualquier estímulo del arte o lo que es peor, deforma la épica del lenguaje, tan complejo nuestro castellano, con el único motivo de perpetuar mi pánico a la maternidad. Tener hijos no es lo grave, lo grave es criarlo con los hijos de los otros, que son las versiones pequeñas del infierno que habitan sus padres.


El otro día me preguntaron si me gustaba Perdedores Pop. La verdad que no. Pero tampoco importa.  Todo lo que cuento es algo que pasó hace mucho tiempo.

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